Habitualmente el tratamiento debe ser combinado con medicación para reducir la inflamación (antiinflamatorios no esteroideos, infiltraciones), y tratamiento ortopédico (plantillas, vendajes) para reducir ese aumento de la tracción que es el causante del problema.
Además, podemos ayudarnos con otros tratamientos fisioterapéuticos, como pueden ser estiramientos o la aplicación de electroterapia, entre otros.
En función del tiempo de evolución, del grado de dolor, del nivel de incapacidad que le produzca, se utilizan unos u otros tratamientos, pero hemos de pensar que lo más importante es compensar el factor etiológico o mecanismo de producción, por lo que casi siempre estará indicado el uso del tratamiento ortopédico (taloneras, plantillas) y el intentar combatir otros factores desencadenantes como, por ejemplo, el sobrepeso.