Castilla y León
CASTILLA Y LEÓN
Condenado en Valladolid por grabar en el vestuario a sus compañeras
El autor asume su culpa y ve rebajada la pena a 16 meses de cárcel por un delito de descubrimiento y revelación de secretos
J. Sanz
25/04/2015 (10:07 horas)
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La "broma", como él mismo la definió en su día, le ha salido cara al autor confeso de los hechos registrados a última hora de la tarde del 19 de noviembre de 2014 en una empresa de la capital. El trabajador metió su teléfono móvil con la cámara de vídeo encendida en el vestuario femenino y el dispositivo fue descubierto por una de sus compañeras. Aquello le supuso su despido fulminante y ahora, a mayores, una condena a dieciséis meses de prisión por un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

Los hechos se remontan a las 20:50 horas de aquel miércoles de mediados de noviembre del año pasado, cuando el negocio estaba a punto de cerrar sus puertas. Ese fue el momento que aprovechó el citado operario para acceder al vestuario femenino, vacío en ese instante, con la "intención de vulnerar la intimidad de sus compañeras de trabajo", según recoge el apartado de hechos probados de la sentencia dictada el pasado 13 de abril por la titular del Juzgado de Instrucción número 3.

Con una luz encendida

Para ello metió su propia cazadora, la colgó en una percha situada en un lugar estratégico desde el que "podía capturar las imágenes de todo el vestuario" e introdujo en uno de los bolsillos "su móvil con la cámara de vídeo encendida". Luego se marchó a sabiendas de que se aproximaba la hora de cierre –el establecimiento cesa su actividad a las 21:30 horas– y de que enseguida comenzarían a entrar sus compañeras de trabajo.

Y así fue minutos después, cuando la primera operaria entró al vestuario para cambiarse el uniforme una vez concluida su jornada. La propia víctima se percató enseguida de que justo enfrente de su taquilla se encontraba una cazadora de la que asomaba un móvil que "emitía una luz". Así que se acercó y descubrió que estaba activada la cámara de vídeo. Acto seguido avisó de lo ocurrido al 091.

Los agentes, a su llegada, enseguida comprobaron que el teléfono era de uno de sus compañeros y este reconoció después su propiedad, además de alegar ya en su declaración en la Comisaría en calidad de detenido que se trataba de una "broma". La empresa le despidió de manera fulminante al descubrir los hechos.

No ingresará en prisión

El juicio contra el autor confeso de la grabación no llegó a celebrarse a comienzos del presente mes de abril al alcanzar un acuerdo de conformidad el fiscal y el letrado del acusado. Eso le supuso una notable rebaja de la petición inicial de pena a la que se enfrentaba –el Ministerio Público solicitaba dos años de cárcel y el pago de 3.240 euros– y, al final, fue condenado a una pena de dieciséis meses de prisión y a abonar 2.160 euros de multa, además de al pago de las costas, por un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

La ausencia de antecedentes jugó a favor del condenado, ya que no tendrá que ingresar en prisión siempre, claro, que no vuelva a delinquir. 

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