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Borja González
Jueves, 2 de junio 2016, 20:49
Tras los movimientos de Jorge Lorenzo a Ducati y Maverick Viñales a Yamaha, más las confirmaciones de Valentino Rossi y Marc Márquez en sus actuales equipos -añadiendo a esto la continuidad de Andrea Dovizioso y la marcha de Iannone a Suzuki- el mercado de ... MotoGP dio sus penúltimos coletazos antes del arranque de la séptima carrera de 2016, la segunda de las cuatro que se disputarán en España. A primera hora de la mañana, Yamaha anunciaba, como hizo con Lorenzo, que Pol Espargaró no iba a seguir siendo uno de sus pilotos a partir de 2017. El campeón del mundo de Moto2 de 2013, de 24 años, disputaba el campeonato desde su debut dentro de la estructura francesa Tech3, con las limitaciones técnicas que una escuadra privada tiene, aunque bajo el amparo de la marca japonesa.
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Poco antes de la rueda de prensa oficial, Honda confirmaba lo ya sabido, que Márquez iba a continuar siendo su punta de lanza en las dos próximas campañas, una relación indiscutida con la casa nipona apostando casi todas sus bazas a un nombre, siempre con la duda de si Dani Pedrosa logrará encontrar el equilibrio con su moto para pelear por un título después de más de diez años en la misma estructura.
«Bueno, o yo he tardado mucho o los otros han ido muy rápido.», comentó con una sonrisa después del acelerón del mercado de fichajes. «He sido el último en firmar y hace dos años fui el primero. En 2014, todo iba bien y firmé rápido, pero ahora quería ver todos los puntos, empezando por lo técnico, pasando por lo económico, evidentemente. También soy un piloto al que le gusta ir de la mano con su equipo y esto era una parte importante del contrato. Son bastantes mecánicos y por eso ha habido un poco más de tiempo». Y es que esa es la única parte seria que ha podido negociar el ilerdense, la parte de acomodo de su cuerpo técnico una vez que Honda nunca podría garantizar mejoras en la moto por contrato. Márquez confirmó que, pese a todos, no ha tenido dudas sobre dónde debía estar su futuro.
«Si hubiese tenido dudas me hubiese ofrecido a otras marcas, y no lo he hecho. Dije en su día que Ducati se interesó por mí y no soy de los pilotos a los que les gusta jugar. Si juegas es sólo para subir el salario. Sabía lo que quería. Lo tenía muy claro y no me gusta jugar. Mi corazón decía Honda, por mucho que vaya sufriendo en ella, mi corazón dice Honda y creo que me esperan dos años bonitos».
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