Lucas Vázquez adelanta a James e Isco

Benzema, después de lesionarse frente al Rayo tres días antes, no aguantó más de un tiempo, pero Cristiano, víctima de la lesión muscular -oficialmente una sobrecarga- que sufrió la pasada semana ante el Villarreal, se cayó a última hora de la convocatoria y fue la inesperaba ausencia del Real Madrid en el Etihad Stadium. El goleador portugués (16 goles en la presente Champions, a sólo uno de su récord en la conquista de la décima), todavía con molestias en su muslo derecho, no estaba en condiciones de enfrentarse al Manchester City, aunque aseguró que «si fuese una final, jugaba», según captaron las cámaras de Antena 3. «Está sensible todavía. Voy a esperar», dijo Cristiano, que no superó la última prueba a la que le sometieron los médicos.

Aunque Cristiano lo quiere jugar todo, después de verse obligado a parar el sábado ante el Rayo y perderse su primer partido en la presente Liga, el delantero luso también debió quedarse fuera de la ida de semifinales de la Champions para no arriesgar. Así, dejó vía libre en el equipo titular a Lucas Vázquez, que hasta la salida de Jesé en la segunda parte fue el atacante más activo ofensivamente y también más sacrificado en defensa, ya que Bale, siempre escorado a la derecha en la primera mitad, apenas trabajó en la recuperación y Benzema estuvo desde el primer momento tocado a causa del contratiempo muscular que sufrió el sábado en Vallecas.

Pese a que el Real Madrid se dedicó antes del descanso a defenderse y sus ataques fueron entonces muy esporádicos, Lucas Vázquez aportó desde el inicio desborde y atrevimiento y se movió durante es período por todo el frente de ataque, por la izquierda, el centro y la derecha. Ahí se instaló ya el gallego en el segundo tiempo, cuando Bale se fue a la izquierda. La salida de Jesé para que el canario se colocase como delantero centro llevó a Lucas definitivamente a la banda derecha. Aunque pudo dar un penalti al Madrid a falta de un cuarto de hora, Lucas Vázquez se mostró más incisivo y solidario en la primera mitad, cuando generó por el centro pasillos para sus compañeros y tampoco dudó en bajar, no sólo a recibir, sino también a recuperar.