Males pasados, necesidades presentes

El inicio del partido demostró que conjunto de los dos estaba con más confianza. Los burgaleses salieron a dominar el partido con su estilo de juego, muy directo, aprovechando la velocidad y desborde de sus extremos y la envergadura de sus dos puntas. El Astorga era incapaz de trenzar dos pases seguidos ante una defensa blanquinegra muy seria.

Esta situación provocó nerviosismo también en defensa. Uña, desubicado en el lateral, era el hueco por donde el Burgos trataba de llegar hasta el Pulpo Romero. Y desde ahí llegó la primera clara ocasión de los visitantes. Un error del madrileño dejó a Adrián Hernández delante de Romero, pero el balón se fue fuera.

Tras esta oportunidad, el conjunto maragato se asentó y comenzó a jugar mejor. Bandera empezó a conectar con los extremos y el balón llegaba a los pies del capitán. El Atlético Astorga creó alguna ocasión, pero sin demasiado peligro en la portería del imponente Toni Lechuga.

Los fallos atrás se pagan caros

Cuando estaba a punto de cumplirse la media hora de partido, llegó el tanto burgalés. En un saque lateral, la defensa astorgana volvió a hacer aguas. Una indecisión entre Cristian y Víctor dejó solo a José Fran, que definió con tranquilidad y calidad ante Romero para adelantar a los castellanos.

Este gol dejó tocado al conjunto de Paulino, que se fue al descanso con un sabor de boca no demasiado malo, ya que el resultado pudo ser más abultado. La oportunidad más clara volvió a tenerla José Fran con un libre directo que despejó Romero con una gran intervención.

Tras el descanso, el Atlético Astorga mejoró poco a poco, pero seguía sin crear peligro. Paulino movió rápido sus fichas, en busca de un cambio sustancial sobre el césped de La Eragudina. Colocó a Juampa de lateral y dio entrada a Héctor Taranilla. El mediocentro sí que dio un aire diferente al cuadro astorgano, ya que fue capaz de conectar más y mejor con David Bandera, pero aún así las oportunidades de gol llegaban a cuentagotas. Lo positivo era que el Burgos, al menos, no estaba llegando. Los blanquinegros estaban más pendientes de defender su exigua renta y tratar de ampliarla con un contraataque.

El drama de los once metros

Pasaban los minutos y el gol no llegaba. La solución parecía estar en el balón parado. Y así fue. En un córner, los maragatos tuvieron las ocasiones de mayor peligro. Uxío conectó un cabezazo al larguero, el balón le cayó a Peláez y José Fran le derribó. El árbitro decretó penalti y la afición se relamía pensando en el décimocuarto gol de Bandera en esta temporada. Pero Toni Lechuga templó los nervios, aguantó al capitán, sembró las dudas en el '10' verde y detuvo el penalti.

El conjunto maragato no cesaba en su empeño. Una y otra vez, el Astorga entonaba el séptimo de caballería e iniciaba la invasión del campo rival. Los laterales era extremos y estos ejercían de mediapuntas. Los de Paulino estaban echando el resto, con balones colgados que estaba despejando constantemente un infranqueable Carlos.

Bandera tuvo una de las más claras tras un rechace que cayó en sus botas, pero el disparo del '10' se fue lamiendo el poste. El aluvión astorgano era constante, con ocasiones sobre todo de Iago Beceiro e Ivi Vales, pero no fueron suficientes para evitar una derrota que les puede devolver a la pesadilla del descenso.