La Cultural vuelve a ser víctima de sus errores

Timoratos y a la expectativa de ver cómo salía su rival, Reus y Cultural comenzaron el partido con reservas. Había novedades en el once leonés, como Julen Colinas ocupando uno de los extremos, Albizua en el centro de la zaga y Manu como lateral izquierdo. Pero los de Rubén de la Barrera pretendían ser los mismos de siempre, pero no eran capaces de controlar el partido en una medular en la que los catalanes se mostraron sólidos.

Imprecisiones, fallos y cierta intranquilidad eran las características del juego en la medular en estos primeros compases de encuentro. Poco a poco, parecía que la Cultural sobresalía levemente por encima del Reus, liderada por un Emi Buendía muy activo en zona de ataque. El argentino tuvo las dos primeras ocasiones, que atrapó Édgar Badía con dificultades, y supusieron los primeros avisos leoneses.

Pero el Reus no se iba a quedar de brazos cruzados. Álex Menéndez, en una falta directa, tuvo la primera ocasión local, pero minutos después se adelantarían. Un fallo de coordinación entre Manu y Palatsí dio pie al 1-0. El lateral cedió el balón al guardameta, no se entendieron y la pelota acabó en los pies de Lekic, que debutaba como titular con los rojinegros, para anotar el primer tanto a puerta vacía.

Este gol dejó tocada a una Cultural que no era capaz de levantarse. Trataron de seguir con el mismo plan, sin variar ni un ápice el guión: salida desde atrás con la pelota, paciencia, mucho mediocampismo y tratar de morder con velocidad e inteligencia. Pero el Reus estaba muy ordenado y quería matar a la contra. Querol aprovechó los espacios en la defensa de la Cultural para tener una oportunidad clarísima de gol, con un disparo que se fue rozando el palo izquierdo de Palatsí.

Pero si no matas al equipo de Rubén de la Barrera, tarde o temprano acabará levantándose. Y fue lo que sucedió. En una falta lejana, la Cultural tiró de pizarra para entregar el balón raseado a Iza que, haciendo gala del excelente golpeo que tiene y que ya ha mostrado en León, empató el choque con un soberbio chut que se coló por la escuadra de Édgar Badía.

Este tanto animó a los leoneses. Volcaron el campo, dieron la vuelta a la situación. Ahora era la Cultural la que dominaba, la que imponía el ritmo y el estilo del juego al partido. Y la presión había mejorado, siendo más intensa y eficaz, robando varios balones en campo rival que evitaban que la inquietud abandonara el área reusense. Tuvo varias acciones de peligro el conjunto visitante, pero el empate fue el resultado con la llegada del descanso.

En el inicio de la segunda mitad, volvió a verse un buen tono culturalista, dominando y llegando en los primeros diez minutos de la reanudación con bastante asiduidad. Las bandas fueron el pasaporte del peligro leonés, especialmente el costado derecho con Iza y Colinas muy presentes en el juego culturalista.

La oportunidad más clara estuvo en las botas de Mario Ortiz. El cántabro recogió un rechace a la salida del córner, disparó duro pero un defensa se interpuso entre el mediocentro y el gol.

Poco a poco, el ímpetu de la Cultural, acompañado de una intensa presión, fue contrarrestado por un Reus que fue progresando y que también se animó a apretar arriba a los de Rubén de la Barrera, ocasionando más pérdidas y balones largos en la salida de balón leonesa.

La Cultural tenía el control y la posesión pero los catalanes, llegando menos, creaban más peligro. Querol, con un disparo desde dentro del área, tuvo el gol cerca, pero el balón se fue alto. Respondió minutos después el cuadro leonés con la ocasión más clara. Guarrotxena creó una gran jugada por la banda, puso el balón atrás y Rodri, a bocajarro, no acertó a rematar.

Con el paso de los minutos, la asiduidad de las ocasiones creció. Pichu Atienza, en una falta, tuvo el gol para los catalanes y, poco después, Guarrotxena, con una vaselina, estuvo a punto de sorprender a Badía.

En el tramo final, el partido era de la Cultural. Los leoneses tenían la posesión y comenzaron a hacer mucho daño con los demarques a la espalda de la defensa rojinegra, ya cansada. Señé, con una vaselina ante la salida de Badía, porfió con el gol. Pero no estaba todo controlado, ni mucho menos. Ricardo Vaz se deshizo en un metro cuadrado de Ortiz y Yeray, puso el balón en el segundo palo y, solo Miramón cabeceó a bocajarro, pero un heroíco Palatsí sacó los puños para evitar el 2-1.

Finalmente, el partido acabó con reparto de puntos en un choque con momentos muy brillantes de la Cultural, que vio como con Guarrotxena en el campo como su ritmo se incrementó, pero en el que un error atrás volvió a penalizar a los de De La Barrera.