Caída libre

El inicio de partido no fue malo de la Cultural. Con una defensa de circunstancias, en la que Tejedor ocupaba el lateral derecho y Míchel el izquierdo, los leoneses salieron con orgullo al césped de El Sardinero. En los compases iniciales del choque, trataron de plantar cara al Racing pero poco a poco los hombres de Munitis se fueron haciendo con el control de partido y de las ocasiones.

La primera oportunidad cántabra llegó antes del minuto 10 con un remate de Mikel Santamaría que se fue alto. Las ocasiones se sucedían, los acercamientos al área de Palatsí se multiplicaban y los balones en ventaja para Aketxe no existían. La tempestad racinguista asolaba la nave culturalista y el naufragio solo se estaba retrasando a causa de las grandes intervenciones de Jorge Palatsí. El meta castellonense salvó a la Cultural en diversas ocasiones con paradas de mérito y mucha valentía en el balón parado.

Una tormenta sin respiro

El chaparrón no cesaba, es más arreciaba. Los de Ferrando aguantaban, esperando a que la nube pasara, debajo del tejado de su área. Pero más que una nube, era una borrasca que acabaría mojando los pies culturalistas. En el tramo final de la primera mitad, el Racing pilló desprevenida a una Cultural que se pensaba que ese nubarrón se había ido a otra parte y lo aprovechó para abrir el marcador. Migue, desde el costado izquierdo, envió un gran balón al área donde Óscar remató en el primer palo para poner el 1-0.

Y pudo ser peor. En un córner, Dioni anotó el 2-0, pero el árbitro anuló el gol por mano del delantero racinguista. La Cultural se iba al descanso por debajo en el marcador, sin haber probado a Óscar Santiago y con la sensación de que el marcador había sido incluso benévolo con ellos.

Tras el paso por vestuarios, la Cultural salió con otra cara. El Racing dejó de ser tan intenso en la presión, lo que dio más aire a la salida de balón leonesa. Eso permitió que se vieran buenos minutos de los de Ferrando, en los que se acercaron con cierta asiduidad a la meta cántabra. El buen hacer de los santanderinos en el juego aéreo y las coberturas de los mediocentros evitaron que los ataques culturalistas fuesen excesivamente peligrosos.

Óscar cierra el partido

Pese a esta mejor latente de la Cultural, el Racing sentenció el partido. Óscar, de nuevo, fue el verdugo de los leoneses con un potente disparo desde la frontal ante el que no pudo hacer nada Palatsí. Este tanto dejó tocados a los hombres de Ferrando, que decidió quemar todas sus balas y jugar con una defensa de tres en busca de una remontada muy complicada.

El juego leonés comenzó a ser más directo y vertical, con protagonismo para los costados, pero un Racing bien colocado frenó cualquier atisbo de peligro. El balón parado, con Gonzalo como maestro de ceremonias, estaba siendo el otro arma leonesa, pero el equipo de Munitis era inmune a estos ataques. Es más, a la contra y aprovechando la velocidad de sus hombres de banda, los locales trataron de finiquitar el encuentro, algo que solo evitó un brillante Palatsí.

En ataque, el ímpetu no escaseaba, pero la claridad de ideas sí. El reflejo era Aketxe, un hombre que rebosó ganas y mentalidad positivo, pero al que las cosas no le salían. Los controles no eran los mejores, el fuera de juego era una constante en sus desmarques y sus remates iban desviados. El delantero vasco era la cara de una Cultural que no encuentra aquellas sensaciones que le hicieron soñar con prolongar la temporada, al menos, dos semanas más.