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EFE
Domingo, 27 de agosto 2017, 20:22
El Abanca Ademar se ha hecho con el título de la Copa Castilla y León, tras vencer en la final a un Recoletas Atlético Valladolid (31-14) que realizó una gran primera mitad, pero que no pudo aguantar en la segunda, ante un rival más poderoso, que esta temporada aspira a estar en lo más alto.
Abanca Ademar
Biosca (Cupara, ps), Carou (-), Piñeiro (2), Vieyra (5), David Fernández (5), Jaime Fernández (2), Costoya (5), Simonet (2,1p), Vejin (5), Pesic (3), Acacio (2), Casqueiro (-) y Rodrigo (-).
31
-
24
At. Valladolid
Javi Díaz (César Pérez, ps), Adrián Fernández (2), Fernando Hernández (3,2p), Rubén Río (4), Serdio (3), Viscovich (1), Víctor Rodríguez (5), Garza (-), Nico López (-), Miguel Camino (2), Héctor González (-), Serrano (2), Diego Camino (1), Roberto Pérez (1) y Turrado (-).
PARCIALES 1-4, 4-7, 7-10, 11-12, 13-14 y 16-15 (descanso); 20-18, 23-20, 23-20, 26-20, 26-22 y 31-24 (final).
ÁRBITROS Martín Franco y Merino Mori. Excluyeron dos minutos a Héctor González (m.21), Garza (m.28), del Recoletas Atlético Valladolid y a Piñeiro (m.7), David Fernández (m.42), Rodrigo (m.49), del Abanca Ademar León.
El conjunto vallisoletano salió muy serio y centrado y, a través de una organizada defensa y de un juego rápido en ataque, sorprendió al Ademar de León con un parcial de 3-0 que, si bien recuperó el equipo leonés para ponerse con un 5-4, no pudo dar la vuelta al resultado, ante el mayor empuje del Recoletas.
Gracias a esa intensidad, el cuadro anfitrión logró cuatro goles de renta (8-4) en el minuto 12, obligando a Rafa Guijosa a solicitar un tiempo muerto para reorganizar su defensa e introducir cambios, que aportaron más potencial ofensivo al Ademar, sobre todo con Pesic y Vejin.
En diez minutos, los leoneses equilibraban el marcador (12-12), y fue Nacho González el que tuvo que solicitar un receso para tratar de recuperar la intensidad en el juego y volver a sacar a pista a Víctor Rodríguez, el mejor del Atlético Valladolid, aunque no pudo impedir que el Ademar llegara con ventaja al descanso (16-15).
Una ventaja que los leoneses fueron incrementando de forma paulatina, merced a una mayor presión defensiva y a la actuación magistral de Cupara en la portería, que se convirtió en una pesadilla para los lanzadores locales, hasta alcanzar los cuatro goles de renta en el minuto 46 (20-24).
Nacho González trató de detener el huracán leonés, pero no halló herramientas para conseguirlo, y los de Guijosa siguieron ampliando la ventaja hasta los siete goles (24-31), para culminar un partido en el que el Ademar fue de menos a más, gestionando bien sus recursos.
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