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Javier Bragado
Sábado, 15 de agosto 2015, 10:58
Carolina Marín compite contra mucho más que volantes y deportistas. Es la campeona del mundo de bádminton, una exótica entre las dominadoras del juego que defiende su estatus en Yakarta, donde se disputa el torneo en 2015, un lugar en que recibe un gran apoyo ... de unos aficionados locales que llenan el recinto indonesio. Sus adversarias cada vez estudian con más detenimiento el juego de la española y la número 1 del ranking ya no cuenta con el factor sorpresa. Pero la onubense también se enfrenta con una carga mental más poderosa que la física: es la cara visible de una rebelión de los jugadores contra la Federación Española de Bádminton por el reparto financiero de los patrocinadores y además sostiene la corona mundial con un pie lastimado durante la preparación. Quizás hay demasiadas cosas cruzando su mente en un deporte en que la concentración es fundamental.
La mochila de piedras en la cabeza se le notó a Marín en las semifinales del Mundial de bádminton. La andaluza combinó grandes momentos con distracciones y nervios reconocidos en la semifinal contra la surcoreana Sung Ji-hyun. En la primera manga la zurda superó sus dudas con los ejercicios mentales desarrollados en sesiones con el psicólogo del Centro Superior de Deportes, Pablo del Río. Desde el fondo de la pista controló sus errores no forzados y un empujón final le permitió ganar 21-17. Sin embargo, en el segundo set la española mostró debilidad, algo inhabitual en ella, ante una rival que llamó a las asistencias médicas después de una caída cuando la española había remontado el 1-7 inicial y se aupaba al 14-12. La asiática no pareció notar la lesión y tras la interrupción desconectó a Marín, que empezó a enviar el volante a la red, perdió 15-21 y se crispó y despistó de nuevo con los árbitros -una de sus debilidades-.
El último set enseñó que Marín no sólo pelea contra el pie izquierdo que ha mimado el fisioterapeuta Diego Chapinal en Indonesia. Cuando perdía 8-13 y parecía despedirse de gran parte de sus posibilidades surgió como un volcán el carácter indomable de Carolina Marín. La zurda elevó su brazo para aumentar el número de 'smash' y encadenó diez puntos consecutivos que empujaron contra las cuerdas a su rival. Entonces la asiática vio en los ojos el ansia de ganar y la confianza de la onubense y terminó por sucumbir ante la destacada española, que ganó 21-16 y logró su pase a la final después de 90 minutos de sudor y peleas mentales. «Estuve nerviosa y a veces enfadada conmigo misma porque no estaba pensando en lo que tenía que hacer», reconoció la española después del partido.
Este domingo (09.30 h, Teledeporte) la superestrella española aspira a ser la primera europea en sumar dos títulos mundiales de bádminton. En el duelo de raquetas se presentará Saina Nehwa, la actual número 2 del ranking mundial que desea ser la primera india en conquistar el campeonato. La asiática ha ganado tres de sus cuatro enfrentamientos anteriores entre ambas pero la andaluza sabe lo que tiene hacer. Si supera su carga emocional y mantiene la concentración sus golpes podrá romper una nueva barrera en su carrera de hitos.
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