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rubén fariñas
Sábado, 11 de marzo 2017, 11:43
Amante confeso de León, de su patrimonio y de su cultura; se siente casi un leonés de adopción y es fiel defensor de los orígenes romanos de la capital
Ángel Morillo, profesor de arqueología romana en la Universidad Complutense de Madrid, ha analizado el potencial de Legio como oferta turística para la ciudad de León.
La muralla, las termas, el anfiteatro o la porta sinistra; el amplio legado de los antepasados de la VI, VII y VIII permite a la capital tener «una de las mejores ofertas», ya que cualquier resto, hasta el más modesto «se puede comprender si está musealizado».
El Medievo a Roma
Por ello, valora de forma muy positiva la labor que su amiga Margarita Torres está realizando al frente de la Concejalía de Turismo y su intención de poner en valor el legado romano de la capital leonesa. Objeta que León ya es conocido por su patrimonio medieval y esa imagen «la conocen muy bien los leoneses y los turistas». Ahora, abrir las puertas de Roma lograría «una gran oferta turística y cultural que podría ofertar el patrimonio de la ciudad».
Destaca el origen. «No podemos olvidar que estamos ante el único campamento legionario que dura más de tres siglos en la península, con más de 5.000 hombres viviendo aquí y la población civil aneja que existió; pocos lugares podrían ofrecer esto, es excepcional».
El Museo de la Semana Santa
La ciudad se encuentra con diversos debates abiertos sobre su legado patrimonial. Considera que los leoneses deben acostumbrarse a ver lo romano «como algo natural y no como algo que molesta y que hay que destruir». Sin embargo, entiende que no todos los restos se pueden entender y se debe tener en cuenta que «no todo lo que se descubre se puede preservar», en referencia a las ruinas encontrados en el subsuelo del Seminario Mayor y que ponen en peligro el Museo de la Semana Santa. «A veces es mucho mayor el coste de mantenimiento, visualización o difusión que dejarlo ahí abajo».
Uno de los yacimientos más importantes de la ciudad se encuentra en Puente Castro. Ad Legionem es el único vicus militar que se conoce arqueológicamente y el futuro vendrá marcado por resultados y sus posibilidades reales.
La Junta y Ad Legionem
«Lo primero que tenemos que hacer es investigar, es un asentamiento muy importante». Morillo no quiere olvidar que lo que ha salido a la luz son los cimientos y no muros alzados y que se está fuera de la ciudad. «Implica adecuaciones e inversiones que el Ayuntamiento no está por hacer, tiene que intervenir la Junta». Ve aquí una cuestión importante que debe ser discutida «sensatamente» viendo las posibilidades de enseñarlo y mantenerlo «sin que se convierta en un vertedero».
Y como no, un arqueólogo no podía dejar pasar por alto su opinión sobre las obras en la plaza del Grano. No las ve con malos ojos, siempre y cuando sirva para mantener «su carácter, fisionomía y estructura básica de uno de los lugares más sugestivos, emblemáticos y románticos de León». En este sentido, es claro y contundente: «Es un rincón que no se debería alterar más allá de mantenerlo o preservarlo».
Ángel Morillo ha repasado el panorama romano de León, y lo ha hecho desde las ruinas de la Vía Principalis y los Principia. Este arqueólogo, uno de los más importantes del país, espera que una ciudad como León, ese León que él tanto aprecia y tanto ha investigado, sepa poner en valor su futuro a través de contemplar su pasado.
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