El 'aquapark' de Villafer

El que no busca soluciones ingeniosas es que igual, tanta necesidad, no tiene. En Villafer ya lo vieron claro el año pasado: unas buenas pacas de paja formando un rectángulo son las paredes que necesita una piscina totalmente natural. Si además se añaden tres tubos para poder zambullirse en el agua fresca, ha dado usted con la diversión absoluta para toda la tarde.

Con la lona impermeable haciendo de suelo y pared, no hace falta mucho más que una eslinga con la que mantener todo bien prieto, aunque el cálculo de volúmenes fallara 'un poquitín': «Nos ha costado al principio, porque esto lleva una ingeniería de mucho cuidado, y el cálculo ha provocado que hubiera una fuga», comentaba uno de los esforzados organizadores.

La localidad es una de las muchas del país que tienen en San Roque sus días grandes. Y para los 200 vecinos del pueblo, volver a los orígenes era la mejor manera de poner solución a la canícula: «La piscina es más grande que la del año pasado, el año que viene lo siguiente será inundar el pueblo», aseguraba entre risas un vecino.

La experiencia este año contó además con una fiesta de la espuma previa, por lo que la piscina fue un buen remedio para quitársela de encima. Una tarde inolvidable en un pueblo que presume de tener ingeniosos remedios ante los males de esta estación del año.