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inés santos
Jueves, 12 de mayo 2016, 14:58
En los años 50, Federico Ordóñez Muñiz y su esposa Jacoba Fernández Pérez decidieron aumentar la tienda de ultramarinos de la madre de este con una pequeña posada anexa al negocio. Con el fin de dar mayor atención a aquellos clientes que desde muchos kilómetros a la redonda iban en sus carros a por los exclusivos productos de Entrepeñas.
Un restaurante amplió el negocio, buscando satisfacer la demanda de leoneses, asturianos y muchos curiosos que se acercaban a Geras con la única intención de probar cada producto, especialmente el chorizo. Cada invierno las matanzas iban creciendo para poder abastecer a todos adeptos a los embutidos de Doña Jacoba y desde entonces no han parado de crecer hasta la exportación a diferentes países de Europa e incluso cruzando el charco hasta la República Dominicana.
La fuerza de lo natural
La familia al completo, ya en su tercera generación, sigue elaborando los productos según la receta de la abuela. Bajo el lema `la fuerza de lo natural seleccionan las materias primas buscando la mayor calidad y rechazan cualquier tipo de aditivo o conservante.
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En sus dos reformas, a principios de los 80 y a mediados de los 90, han combinado las nuevas tecnologías con la tradición en la elaboración respetando siempre los métodos de curación y conservación naturales como el salazón, el adobo y un suave ahumado.
El chorizo y la cecina son los dos productos estrella de embutidos Entrepeñas, pero en la empresa familiar no se quedan sólo ahí y dan un paso más. Uno de los nietos de Doña Jacoba no cesa en sus investigaciones para crear productos innovadores, pero con sabor a tradición. Muy solicitadas son las cremas de chorizo, salchichón y cecina. Elaboradas con un gran porcentaje de las mejores piezas de la producción lo que los convierte en un innovador aperitivo de una calidad excelente.
Este año presentó en la Feria Alomentaria el caldo de cecina, un novedoso y pionero producto que tiene sus raíces en una de las joyas de Entrepeñas. Bajo el sello Esencia de Cecina conjugan la innovación de un producto novedoso y único en el mercado con los métodos tradicionales.
Curación natural en Geras
Las instalaciones de la fábrica se sitúan en Geras de Gordón, en un entorno espectacular de belleza y entre inmensas montañas que hacen del entorno un lugar idóneo para curar unos embutidos de calidad. Estas características sumadas a la calidad de la materias primas, el suave humo natural de roble y el aire de la provincia aportan un sabor a los embutidos inconfundible y apreciado por los mejores paladares.
La marca de identificación de Entrepeñas es el respeto por la tradición. Por ello, la curación de sus embutidos se hace al aire y de manera natural, como se hacía tradicionalmente en las casas de la zona. Las piezas son controladas continuamente para ver las necesidades de aire, de frío o de calor para que el producto salga a la venta con la mejor curación.
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